A diez años de su estreno, el vestuario diseñado por Milena Canonero para la película sigue marcando tendencias en la industria de la moda.
El estreno de “The Grand Budapest Hotel” de Wes Anderson en 2014 marcó un hito en el diseño visual del cine. Rápidamente, la película se convirtió en una referencia a seguir no solo por su distintiva cinematografía y diseño de sets, sino también por las decisiones de vestuario, lideradas por la tres veces ganadora del Premio de la Academia, Milena Canonero, que han dejado una huella perdurable en la moda.
Diez años después de su estreno, la influencia de la película sigue siendo palpable en colecciones, campañas y elecciones estilísticas en toda la industria. Canonero elaboró un vestuario que fusiona precisión histórica con una estética estilizada, y en lugar de atar la película a un período temporal específico, se inspiró en la moda de Europa del Este, creando un vestuario que complementa a los protagonistas y los escenarios del filme. Su trabajo no solo se basó en una investigación de moda, sino que también tomó inspiración de artistas como Gustav Klimt, Kees van Dongen, Tamara de Lempicka y George Grosz, resultando así en un uso impactante del color y la estructura.
Prada también jugó un papel significativo en el diseño del vestuario, aportando un conjunto de equipaje de 21 piezas que se convierte en un elemento central de la imaginería de la película, reforzando su estética lujosa. Canonero buscó deliberadamente evitar paletas de colores predecibles, como se observa en el uniforme de conserje de un profundo violeta que viste Ralph Fiennes en el papel de M. Gustave, el abrigo dorado inspirado en Klimt que lleva Tilda Swinton como Madame D., y el elegante abrigo de cuero negro de Prada que usa Willem Dafoe como Jopling.
El vestuario es un equilibrio constante de tonos como el rosa milenario, el burdeos profundo y los ricos tonos púrpuras, que han sido adoptados por diseñadores de moda que buscan evocar una elegancia vintage similar. La colección de otoño/invierno 2014 de Anna Sui, lanzada poco después del estreno de la película, hizo una referencia directa a la paleta de colores y al estilo geométrico de la misma. De manera similar, Alessandro Michele de Gucci ha incorporado el bloqueo de color inspirado en Anderson y el corte retro en sus colecciones, lo que demuestra la continua relevancia de la película.
La moda de lujo ha podido aprovechar en varias ocasiones la estética de “The Grand Budapest Hotel”. La campaña navideña de Bergdorf Goodman, titulada “The Present Moment”, se estructuró en torno al estilo visual característico de Anderson, incorporando simetría, tonos pastel y narrativas nostálgicas. La influencia de la película va más allá de las referencias directas, moldiando un movimiento más amplio donde las marcas de moda priorizan narrativas cinematográficas coherentes en sus campañas.
Aún transcurridos diez años desde su estreno, “The Grand Budapest Hotel” continúa siendo un punto de referencia clave en el mundo de la moda. Su estética se refleja en editoriales de alta costura, colecciones estacionales y estilismos cotidianos. El trabajo minucioso de Canonero en la película no solo definió a sus personajes, sino que estableció un estándar creativo sobre cómo el diseño de vestuario puede influir en las tendencias de moda más amplias. A medida que los diseñadores continúan revisitanto el mundo de Anderson, es evidente que “The Grand Budapest Hotel” ha asegurado su lugar como una influencia duradera en el estilo contemporáneo.
Tyneside Cinema proyectará “The Grand Budapest Hotel” a partir del 27 de abril y los interesados pueden reservar sus entradas.
Source: Noah Wire Services