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El desfile de Calvin Klein en Nueva York revive la estética de los años 90, generando elogios y críticas en un contexto donde la moda busca innovación.

Durante la reciente Semana de la Moda de Nueva York, uno de los eventos más anticipados fue el relanzamiento de la colección de Calvin Klein, un emblema de la moda que cumple cinco décadas. El espectáculo fue dirigido por Veronica Leoni, quien anteriormente trabajó en The Row y con Phoebe Philo en Celine. La presión era considerable, ya que muchos miraron este relanzamiento como un reflejo del estado actual de la moda.

El desfile de Calvin Klein se caracterizó por su estética limpia, serena y elegante, evocando la esencia del Calvin de los años 90. Sin embargo, la crítica surge sobre si este enfoque es verdaderamente un cumplido o más bien un obstáculo en un momento donde la moda clama por novedad. A medida que las marcas de moda contemporáneas adoptan una estética minimalista de los 90, el evento fue aclamado por su belleza pero también cuestionado por una falta de sorpresa, energía fresca y el “factor de lo inesperado” que muchos buscan en la moda.

El análisis indica que la dirección que podría estar tomando el propietario de Calvin Klein, PVH, se centra en crear un producto comercial, de fácil comprensión pero a la vez elevado. Esto se traduce en la presentación de prendas como suéteres de cuello en V, pantalones largos y delgados, y gabardinas deconstruidas. Según la compradora de Net-a-Porter, los “básicos del guardarropa minimalista de los 90” podrán tener éxito si se comercializan de manera adecuada.

Veronica Leoni, hablando con Vanessa Friedman del New York Times, hizo hincapié en la intención de aportar “sexitud” a la colección, similar a la sofisticación de la musa de los 90, Carolyn Bessette-Kennedy, mientras que los críticos anhelan un regreso a la sensualidad táctica de la que Calvin Klein fue pionero, en lugar del frío y sobreutilizado estilo andrógino actual.

Todo esto se desarrolla bajo la dirección de un equipo creativo de renombre, que incluye a Jane How en estilismo, Guido Palau en peinado y Diane Kendal en maquillaje. Con estas colaboraciones, hay una expectativa de que se logre un equilibrio entre la esencia del Calvin antiguo y la novedad necesaria para impactar en la industria de la moda contemporánea.

La crítica de moda sugirió que la popularidad del desfile podría ser reflejo de un deseo renovado por parte del público de experimentar emociones intensas a través de la moda, ya sea positiva o negativa. La visita de Calvin Klein al pasado podría ofrecer la base necesaria para una evolución que retome los sentimientos provocativos que caracterizaron sus comienzos.

Source: Noah Wire Services