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El denim se transforma en un icono de la moda, cruzando fronteras culturales y redefiniendo su esencia a través de casas de lujo.

El denim, un tejido que nació en el contexto de la fiebre del oro, ha sido inmortalizado por marcas como Levi’s y se ha convertido en un símbolo del espíritu rebelde de San Francisco. Originalmente concebido como una vestimenta de trabajo para mineros y trabajadores, el denim ha sido reinterpretado por numerosas casas de moda de lujo, demostrando su versatilidad más allá de los clásicos jeans. Las colecciones de Otoño/Invierno 2025 continúan desafiando las convenciones, exhibiendo el denim en el mundo de la alta costura, la sastrería y siluetas inesperadas. Desde sus comienzos como un invento destinado a los trabajadores estadounidenses, el denim se ha transformado en un uniforme de modernidad, utilizado por mineros, vaqueros, rebeldes, estrellas del rock, presidentes y hombres y mujeres comunes.

La historia del denim comienza en San Francisco, donde Levi Strauss, junto con el sastre Jacob Davis, patentó en 1873 el primer par de jeans de denim remachados. Estos fueron diseñados inicialmente como ropa de trabajo durable, pero pronto se convirtieron en un ícono americano. A medida que el denim pasaba de ser una simple prenda funcional a una declaración de moda, su transformación reflejaba un cambio cultural más amplio en el que se abrazaba el poder de la reinvención.

El “Canadian Tuxedo”, término que se dice que proviene de un momento fashion legendario que involucró al cantante Bing Crosby en 1951, ejemplifica cómo el denim ha logrado cruzar fronteras culturales. Luego de que Crosby y un amigo fueran rechazados en un hotel de lujo en Vancouver debido a su atuendo totalmente de denim, Levi’s diseñó una chaqueta de esmoquin de denim personalizada para él. Este suceso, acompañado por el uso contemporáneo del denim por personalidades como Britney Spears y Justin Timberlake en eventos de alto perfil, marcó la evolución del denim en la cultura pop.

Las casas de moda de lujo han redefinido este tejido utilitario en diversas formas. En Dior, bajo la dirección de John Galliano, el denim fue elevado a la alta costura con piezas sobresalientes que incorporaban corsetería victoriana y bordados elaborados. La sucesora de Galliano, Maria Grazia Chiuri, continuó esta tradición, infundiendo al denim un enfoque más femenino y conectando sus orígenes laborales con el diseño de lujo.

Por su parte, Daniel Roseberry, al frente de Schiaparelli, realizó innovaciones utilizando jeans vintage de los años 80, convirtiéndolos en piezas de alta costura que fusionaban streetwear con arte surrealista. Olivier Rousteing, en Balmain, ha presentado el denim en conjuntos que combinan lo relajado y lo opulento, mientras que en Chanel, Karl Lagerfeld y su sucesora Virginie Viard incorporaron el denim en colecciones que desdibujaron las líneas entre la vestimenta cotidiana y la alta costura.

Además, el diseñador Ronald van der Kemp ha demostrado que el denim puede ser tan lujoso como la seda, utilizando técnicas de upcycling y un enfoque vanguardista en su confección. Su interpretación del denim desafía la idea de que la alta costura debe ser delicada, elevando el tejido a un nuevo nivel de sofisticación.

A través de estas innovaciones, el denim ha evolucionado de su papel inicial como ropa de trabajo a un símbolo de alta costura y modernidad, reafirmando su estatus como un material versátil y glamuroso en el mundo de la moda.

Source: Noah Wire Services