Desde el uso de pieles vintage hasta alternativas sintéticas de calidad, la reapertura del debate sobre la ética y el medio ambiente marca un nuevo capítulo en el mundo de la moda.
Desde principios de 2024, la moda ha visto un resurgimiento notable del uso de pieles, tanto sintéticas como vintage, con un enfoque renovado en la estética glamorosa y ostentosa, en oposición a la tendencia minimalista previa. Esta vuelta a la piel ha tenido eco en las pasarelas de las colecciones de otoño/invierno 2025-26, donde diseñadores de renombre, como Tory Burch en Nueva York, Simone Rocha en Londres, Fendi en Milán y Miu Miu en París, mostraron prendas elaboradas con este material. Celebridades como Hailey Bieber, Kendall y Kylie Jenner, Taylor Swift y Rihanna han sido vistas al inicio del año luciendo abrigos de piel, ya sean sintéticos o de época.
El último revuelo mediático relacionado con la piel ocurrió en 2017, cuando la marca Gucci se comprometió a no utilizar más piel en sus colecciones, influenciando a otras casas de moda a seguir su ejemplo. Esta decisión fue recibida positivamente por activistas de derechos animales, aunque rápidamente surgió un nuevo dilema: muchas pieles reales fueron reemplazadas por alternativas sintéticas derivadas de combustibles fósiles. La creciente preocupación tanto por el bienestar animal como por el medio ambiente plantea la pregunta de por qué la piel ha resurgido con tanta fuerza en la actualidad.
Natascha Radclyffe-Thomas, profesora asociada en Ravensbourne University de Londres, comentó que la recuperación de looks históricos para el uso contemporáneo es una parte natural del ciclo de la moda. “Es escapismo, y ¿quién no quiere un poco de eso?”, dijo. En cuanto a la evolución del mercado de piel sintética, ha pasado de ser considerada un material “divertido” en sus inicios, con productos de bajo coste y colores brillantes, a ser de una calidad que confunde a muchos consumidores en cuanto a su autenticidad.
El aumento en la producción de tejidos derivados de combustibles fósiles, con el poliéster como principal material, representa otro reto. Se estima que el poliéster constituye el 57% de toda la producción de fibras. A pesar de la popularidad de la moda de segunda mano, que se prevé alcanzará un valor de 367 mil millones de dólares para 2029, la mayoría de las prendas producidas a partir de plástico reciclado todavía plantea problemas medioambientales, ya que su ciclo de vida no es realmente circular.
La compañía de alquiler de moda By Rotation ha notado un incremento en la demanda de abrigos de piel sintética y de lana, un fenómeno que se ha observado incluso antes de las recientes temporadas de pasarelas. Eshita Kabra-Davies, fundadora de la empresa, subrayó que “la piel sintética de alta calidad tiende a durar más, lo que significa que es más probable que sea heredada, revendida o alquilada en lugar de ser desechada”.
La boutique de vintage One Scoop Store, situada en el norte de Londres, ha experimentado un cambio notable en su oferta, alejándose de la piel real hacia alternativas sintéticas, aunque algunos minoristas aún mantienen la venta de pieles vintage y nuevas. El revivir la piel vintage ha captado especialmente la atención de los compradores más jóvenes, como muestra el incremento de las ventas en Madison Avenue Furs, donde muchos estudiantes universitarios están optando por adquirir pieles vintage.
A pesar de esta tendencia, los activistas de derechos de los animales se oponen a la noción de que las pieles vintage sean aceptables. Emma Håkansson, fundadora de Collective Fashion Justice, enfatizó que “independientemente de cuándo se causó el daño, la piel vintage sigue siendo ropa hecha con la piel de un animal que fue matado y encerrado innecesariamente”.
Una alternativa emergente a las pieles sintéticas y reales es Savian, una piel 100% vegetal elaborada a partir de ortiga, lino y cáñamo, desarrollada por la empresa BioFluff. A pesar de su innovación, el costo de estos materiales sigue siendo un desafío para su adopción a gran escala. Por otro lado, LVMH también financia la International Fur Federation, estableciendo una narrativa compleja en torno al uso de pieles.
A medida que el debate sobre las pieles continúa, se destaca que el impacto ambiental de la piel sintética frente a la piel natural ha sido objeto de estudios científicos, que sugieren que las pieles naturales pueden tener un impacto climático mayor. Sin embargo, cada vez es más común rechazar la piel en favor de opciones que no impliquen el sufrimiento animal.
Source: Noah Wire Services