La capital de la Toscana se ha consolidado nuevamente como una de las principales ciudades de moda del mundo, con una rica historia que se refleja en sus museos dedicados a la moda y el diseño.
Florencia, la capital de la Toscana, ha sido históricamente un epicentro del diseño y la moda, y se ha consolidado como una de las principales ciudades de moda a nivel global, siendo descrita por la revista Vogue como posiblemente la “quinto capital de la moda” del mundo, tras París, Londres, Nueva York y Milán. La ciudad no solo fue el centro neurálgico del Renacimiento, sino que durante los siglos XIV al XVI vivió un renacer cultural, artístico e intelectual que cimentó su futura influencia en la moda.
Aunque la notoriedad de Florencia en la moda disminuyó en siglos posteriores, en el siglo XX resurgió como un lugar clave para la industria, dando vida a marcas icónicas como Gucci, Cavalli y Ferragamo. Estas casas de moda nacieron en la ciudad que, a pesar de que Milán ha llegado a ser dominante, sigue siendo un foco de creatividad y tendencias.
Los turistas que visitan Florencia tienen la oportunidad de profundizar en la historia de la moda a través de sus numerosos museos dedicados. El Palacio Pitti alberga aproximadamente 6,000 trajes y accesorios que datan desde el siglo XVIII, formando parte del Museo de la Moda y el Vestido. A tan solo ocho millas de Florencia, el Museo del Textil en Prato explora los estilos de tejidos que se popularizaron en la ciudad, mientras que a 35 millas se encuentra el Museo del Arte de la Lana, que muestra las ricas tradiciones textiles italianas. La Fundación Cerratelli y el Museo UNOAERRE, en Arezzo, también ofrecen una fascinante colección de joyería italiana.
Entre los museos más destacados se encuentra el Museo Gucci, ubicado en la Piazza della Signoria, que narra la extraordinaria trayectoria de la marca desde su origen en un pequeño taller de Florencia, especializado en la venta de equipaje importado, hasta convertirse en una potencia valorada en 24 mil millones de dólares. Por otro lado, el Museo Ferragamo ofrece una mirada igualmente cautivadora a la vida de Salvatore Ferragamo, quien revolucionó el calzado femenino. Desde su infancia en una familia trabajadora, Ferragamo mostró interés por el lujo y a la edad de 9 años ya confeccionó su primer par de zapatos. Con el tiempo, se estableció en Hollywood, donde su destreza le llevó a convertirse en el principal zapatero de las estrellas.
En 1985, la familia Ferragamo creó un museo en su honor en el Palazzo Strozzi, que se convirtió en un lugar importante para recordar su legado. Este museo, que presenta más de 10,000 artículos de calzado, incluye piezas icónicas como los stilettos usados por Marilyn Monroe y las sandalias Arco Iris de Judy Garland. Las visitas al museo se enriquecen con guías de audio en inglés que narran la historia de Ferragamo y su paso por Estados Unidos.
La influencia de Florencia en el mundo de la moda también se puede observar en su Piazzale degli Uffizi, donde una serie de estatuas rinden homenaje a las grandes figuras de la ciudad, incluidos artistas, científicos y filósofos como Galileo, Leonardo da Vinci y Niccolo Machiavelli. Aunque el legado de Ferragamo puede que nunca iguale el de estos titanes, su impacto en la moda y el reconocimiento de su museo aseguran que su historia perdure, al igual que la de su ciudad natal, que ha vuelto a ser un referente global de la moda, restableciendo su reputación histórica.
Source: Noah Wire Services