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La colaboración entre Audrey Hepburn y el diseñador Hubert de Givenchy ha dejado una marca imborrable en el cine y la moda, creando looks icónicos que perduran hasta hoy.

Audrey Hepburn ha sido un icono de la elegancia, tanto en sus películas como en su vida cotidiana. A lo largo de su carrera en Hollywood, la actriz colaboró con directores reconocidos como Billy Wilder y George Cukor, compartiendo pantalla con actores de renombre como William Holden, Marlon Brando y Rex Harrison. Sin embargo, un elemento constante en su trayectoria cinematográfica fue su estrecha relación con el diseñador Hubert de Givenchy.

Hepburn y Givenchy se unieron por primera vez en la película “Sabrina” de 1954, donde la actriz interpretó a Sabrina Fairchild, una joven que atrae la atención de dos hermanos adinerados. En este filme, el vestido de flores diseñado por Givenchy no solo se volvió emblemático, sino que también fue replicado por Ivanka Trump durante la ceremonia de inauguración presidencial de su padre, Donald Trump.

En “Funny Face” (1957), una musical que consolidó aún más la posición de Hepburn en Hollywood y le valió un Oscar, la actriz interpretó a Jo Stockton, quien se convierte en modelo tras ser descubierta por un fotógrafo. El vestido de dibujos en blanco y negro que lució en esta película es considerado uno de los más bellos de su armario.

El mismo año, en “Love in the Afternoon,” Hepburn compartió el escenario con Gary Cooper, destacando no solo los monumentos icónicos de París, sino también uno de los vestidos más impresionantes de Givenchy que adornó su figura.

Quizás uno de los papeles más icónicos de Hepburn es el de Holly Golightly en “Desayuno en Tiffany’s” (1961). Basada en la novela de Truman Capote, esta película capturó el glamour de Hollywood y presentó un abrigo rojo de Givenchy, que definió las tendencias de moda otoñales durante años.

En “Charade” (1963), Hepburn interpretó a Regina Lampert, una mujer con un pasado complicado que se ve envuelta en una búsqueda peligrosa por el dinero robado de su fallecido esposo. En este thriller, el abrigo ligero de Givenchy que llevaba la actriz combinaba perfectamente la intriga con la elegancia.

Otro filme notable fue “La chica que robó la Torre Eiffel” (1964), donde Hepburn interpretó a la secretaria de un guionista, en la que aparece con un vestido en blanco y negro de Givenchy que sigue siendo deseado por muchos.

Por último, en “Cómo robar un millón” (1966), Hepburn, en el papel de una ladrona, se destacó con un abrigo azul de Givenchy que complementaba elegantemente con una bufanda blanco-azul, demostrando que el estilo y la sofisticación son inseparables en su representación cinematográfica.

A través de estos icónicos conjuntos, Audrey Hepburn y Givenchy dejaron una huella indeleble en la historia de la moda y el cine, encantando al público durante generaciones.

Source: Noah Wire Services