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El legado del fotógrafo estadounidense Brad Branson cobra relevancia tras su reciente fallecimiento, destacando su impacto en la escena artística y musical de las décadas de 1980 y 1990.

Brad Branson, el influyente fotógrafo estadounidense, fallecido recientemente, está recibiendo un renovado interés por su trabajo, que captura la esencia de la cultura creativa de las décadas de 1980 y 1990. Aunque no goza de un reconocimiento tan generalizado como otros fotógrafos de renombre como Herb Ritts o Mary Ellen Mark, la obra de Branson se está posicionando gradualmente como un referente clave en el estudio de una época definida por figuras culturales, artistas, músicos y diseñadores de moda en Los Ángeles y más tarde en Londres.

Branson, cuyo estilo fotográfico gráfico ayudó a definir estéticas innovadoras, trabajó con una variedad de íconos de su tiempo. Entre sus retratos se encuentran músicos como Boy George y George Michael, así como artistas como Jean-Michel Basquiat, y diseñadores como Vivienne Westwood y John Galliano. Su trabajo fue publicado en destacados medios como Vanity Fair, Rolling Stone y Andy Warhol’s Interview Magazine, consolidando su influencia en el mundo del arte y la moda.

El milinero Stephen Jones, en el contexto de su retrospectiva “Stephen Jones, chapeaux d’artiste” en el Palais Galliera de París, refirió: “Era el sueño de todos tener una fotografía tomada por Brad porque hacía que todos se vieran geniales”. En una ocasión, la estilista Kim Bowen recordó una sesión con Westwood, quien inicialmente mostraba reticencias: “Una vez que él hizo su magia, simplemente le encantó”.

Originario de Los Ángeles, Branson comenzó como proyeccionista para la legendaria actriz de cine mudo Gloria Swanson, lo que le permitió absorber la atmósfera de Hollywood. Bajo la tutela del fotógrafo Paul Jasmin, desarrolló su estética, influenciado por pioneros del glamour fotográfico. Más tarde, estableció un estudio en el distrito de Crenshaw, donde transformó el espacio en el club nocturno “Power Tools”, un lugar central para la música y el arte en los años 80 que atrajo a artistas y jóvenes de la ciudad.

El club alcanzó gran notoriedad, llegando a inspirar el ambiente de la novela “Menos que Cero” de Bret Easton Ellis. En un artículo de 1985 para Vanity Fair, Ellis describe cómo él, Branson y el actor Judd Nelson se movían entre los puntos de encuentro de LA, mencionando las fiestas en Power Tools: “Ya ebrios, cansados de bailar, la idea de ‘cool’ desvaneciéndose en nuestras mentes, nos dirigimos hacia Power Tools”.

Después de trasladarse a Londres, Branson se integró en la cultura de la vida nocturna británica, especialmente en un contexto marcado por la era de Margaret Thatcher. El ambiente festivo ofreció una forma de escapismo a la comunidad gay, donde Branson y su compañero Fritz Kok, bajo la colaboración “Indüstria”, crearon imágenes que representaban a personas como íconos o superhéroes con técnicas propias de la época.

Branson continuó su carrera en la fotografía, documentando a artistas y producciones musicales, creando portadas para álbumes de George Michael, como “Fast Love”. Su legado perdura, con una influencia que resonará a medida que se recalibra la apreciación de su trabajo y su papel en la cultura visual de las últimas décadas.

Source: Noah Wire Services